Urbanización da praza de Sofán
Finalista COAG XV
Espazos públicos abertos
Sofán, Carballo
Alfredo Garrote y Carlos Seoane, arquitectos
Texto
Economía y arquitectura
El proyecto de la Plaza de Sofán, nace de la necesidad de ampliar el campo de fiestas de la parroquia añadiendo a la superficie del atrio de la iglesia, una finca colindante adquirida por el Ayuntamiento de Carballo y los propios vecinos. En ese ámbito se encuentran una serie de elementos de importante valor patrimonial como son la iglesia neoclásica de San Salvador, un cruceiro del siglo XVII y la “huerta del cura”, anexa a la casa rectoral de escaso valor. Todo este conjunto se localiza en un entorno rural de importante valor paisajístico.
El encargo del Ayuntamiento consistió en adecuar la superficie indicada anteriormente para la celebración de las fiestas patronales, siendo los condicionantes, el habilitar una zona para situar las orquestas, ampliar la zona para el público y los puestos de ventas de bebidas y atracciones. Otra de las claves proporcionadas por el Ayuntamiento para el acondicionamiento de ese espacio es la celebración de los entierros, por lo cual debería poder acceder el vehículo fúnebre y se debería habilitar una zona como aparcamiento. Por último existía otro condicionante que es que de esa zona parten dos caminos de servicio a fincas de labor, por lo cual en momentos puntuales acceden vehículos agrícolas.
Por lo tanto un encargo en principio sencillo, como era el de habilitar un espacio para las fiestas patronales, creando una superficie amplia dura libre de obstáculos, se convirtió en un reto importante y complejo, consistente en la creación de un espacio multiusos, para celebración de eventos contrapuestos sin olvidar lo fundamental de crear un entorno adecuado para los elementos construidos de importante valor patrimonial, como son la iglesia, el cruceiro y la huerta del cura.
Dadas las cargas y el tráfico puntual se consideró que la mejor opción para esa gran superficie era una solera de hormigón. Solución de gran resistencia y de bajo coste que resolvía la demanda de los vecinos pero a la vez permitía liberar recursos económicos para atender también los bordes de la plaza que es donde se encuentran los elementos en nuestra opinión de mayor valor: el cruceiro, la iglesia con su atrio y la huerta.
En el ámbito del cruceiro, la solución fue una escalinata de piedra que sirve para resolver todos los encuentros entre la pendiente de la calle y la rasante de la plaza y a la vez permitió generar un ámbito amable alrededor del cruceiro.
En el entorno del atrio la propuesta fue de nuevo la más sencilla y a la vez la más económica, allí la necesidad de completar el cierre de finca se materializó con un muro de mampostería bajo para que sirviera a la vez como banco continuo acompañado de una alfombra de césped a modo de lugar de juegos para los niños.
En esta serie de estrategias entre la economía y el diseño, se encontraron, sillares de piedra vieja en un derribo próximo, con los cuales pudimos construir un pavimento noble y de fuerte carácter en el entorno del cruceiro.
Ante la necesidad de iluminar el espacio de la plaza, gracias a la complicidad de una escuela taller municipal fabricamos con unos tubos de acero y un proyector una estructura frágil que sirve para iluminar todo el ámbito.
En resumen la intervención se concentró en una escalinata, un manto de césped, un pavimento reciclado en torno al cruceiro, un banco corrido a modo de cierre y un par de farolas en los bordes. Estas intervenciones fueron posibles, debido a que en el encargo inicial de una explanada para fiestas, se llevó a cabo con un gran control de los costes y del diseño.
En definitiva, el proyecto fue el resultado de una estrategia donde la economía fue la mayor limitación pero a la vez un referente claro. El resultado es pretendidamente modesto y necesariamente económico pero siempre procurando el máximo respeto por el patrimonio común. Quizás esta sea una estrategia que en el contexto económico y social actual resulte válida no sólo para la parroquia de Sofán.